Las tácticas para atraer en el periodismo rosa.
- Marta Boe
- 10 mar 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 13 mar 2019
La importancia del periodismo rosa cada vez se hace notar más, pero, ¿gracias a los profesionales encargados de transmitirnos este tipo de noticias? O ¿la sociedad cada vez más interesada en este tipo de periodismo?

Según un artículo de El Mundo redactado por Jorge Benítez en 2015, la mayoría de los españoles no reconoce consumir periodismo rosa, como por ejemplo Sálvame, Cazamariposas o Corazón; pero las encuestas realizadas dicen totalmente lo contrario, siendo un 17,6% (El Mundo 16/11/2015) el porcentaje medio de audiencia en programas como Sálvame, lo que quiere decir, que casi 30 millones de españoles consumen este tipo de periodismo.
Entonces ¿Por qué nos avergonzamos al decir que si consumimos esta información? La sociedad no lo ve como algo políticamente correcto, escuchar a periodistas y no periodistas hablar de la vida privada de las personas más conocidas de nuestro país o del mundo, metiéndose en su comportamiento opinando y juzgando de forma poco benevolente, causa rechazo en el pueblo, al igual que los gritos y peleas en directo entre los propios colaboradores para conseguir más audiencia, una audiencia que, a mi parecer, se va cansando de siempre lo mismo, pero, de algún sitio tendrá que salir esa parte de la población que goza del periodismo rosa y es atraída por alguna razón.
En otro artículo recogido de la revista digital Doctissimo escrito en 2016 por S. Catalán-Massé, nos habla de por qué la prensa rosa nos tiene tan enganchados, y, en definitiva, puede tener mayor parte de razón.
Su explicación es, que nos sentimos identificados con las vidas de personajes públicos y necesitamos interiorizar nuestros problemas y compararlos con los de los famosos para no sentirnos tan mal. Puede tener parte de razón, pero, nos puede llevar a confusión, ya que no se puede comparar la forma de vida de una persona de a pie con la de una persona famosa y de interés, puesto que no van a tener en común ni el dinero, ni la vivienda, ni seguramente la compañía de la que disfruten.
Por otro lado, S. Catalán-Massé explica, que ver, leer o escuchar periodismo rosa influye en nuestras ganas de ser famosos. Desde mi punto de vista, ¿quién no ha querido ser una de las mayores élites de nuestro país y ser conocido por todos?
“Las ganas de ser famoso, aunque no se tenga ningún talento artístico particular, suelen dar esperanzas a personas que están pasando por un mal momento amoroso, económico o profesional” Puntualiza S. Catalán-Massé.
A mi parecer, cada vez es más fácil convertirte de la noche al día en un personaje público, ejemplo de ello son programas como Mujeres, hombres y viceversa, e incluso Operación Triunfo. Programas de entretenimiento llenos de personas desconocidas que acaban teniendo miles de seguidores en instagram y son conocidos por todo el mundo. Esto es otra razón por la que el periodismo rosa triunfa y nos tiene enganchados, nos da esperanzas de ser en un futuro una Chenoa, una Aitana e incluso una Angelina Jolie.
La revista digital Enfemenino también nos deleita con otro artículo de 2009 donde el título es la misma pregunta que nos estamos haciendo aquí “¿Por qué estamos enganchados a la prensa rosa?” y en mayor parte coincide con lo que dice nuestro amigo de la revista digital Doctissimo: “Por qué nos permite soñar”.
El ser humano es por naturaleza “cotilla” y si es sobre la vida de personajes públicos, más. Lo que parece ser que más interesa y engancha a la sociedad al periodismo rosa es que, como hemos dicho anteriormente, los famosos no tienen una vida tan plena y gloriosa como pensamos, ya que debería ser lo que de verdad les caracteriza, pero no es así, en realidad lo que más caracteriza a los famosos son sus miserias, sus problemas, sus rupturas y desamores, al igual que las fotos robadas subidas de tono, que, la mayor parte de las veces acaban siendo portada en las revistas de corazón más importantes de España.
Antes hemos dicho que la mayor parte de la población se avergüenza o no dice la verdad cuando le preguntan si ven periodismo rosa, pero no hemos abordado el problema de que es lo que piensan los periodistas (o no periodistas) que se dedican a este tipo de periodismo, porque le pese a quien le pese, la prensa rosa forma parte de los diferentes tipos de información que podemos encontrar, y los profesionales que se dedican a este, merecen el mismo respeto que otro que se dedique, por ejemplo, a presentar informativos.
Para comenzar, podemos hablar del periodista Antonio Montero, conocido en participar en varios programas de corazón desde hace varios años.
Hasta donde me alcanza la memoria, Antonio Montero comenzó en programas como A tu lado, pasando por La Noria entre otros y en la actualidad, donde participa de vez en cuando en Sálvame Deluxe, por lo que nos estamos refiriendo a un periodista con bastante experiencia en el campo que estamos tratando.
En una entrevista que le realizan en la revista digital Cuv3 en 2014, Antonio Montero deja bastante claros los problemas que tiene el periodismo rosa, aunque las tácticas para atraer al público han ido avanzando con los años y cada vez es más gente la que pasa su tiempo viendo este tipo de entretenimiento, el cree que el intrusismo está provocando que la prensa rosa ya no sea rosa, sino amarilla.
“Sin embargo, el género ha ido perdiendo su razón de ser y ha mutado en una especie de prensa amarilla”
afirma el periodista, que más adelante deja claro que quienes han hecho esta transformación son los personajes famosos que se dedican a dirigir estos programas del corazón, y que, al fin y al cabo, son quienes provocan audiencia.
Es el caso de Jorge Javier Vázquez, licenciado en Filología Hispánica, por lo que no es periodista, pero se le puede catalogar, a mi parecer, en uno de los presentadores que más audiencia provoca en nuestro país, y no precisamente por su profesionalidad, si no por su forma de conseguir enfrentar a personas, preguntando y metiendo cizaña, algo que, por gracia o por desgracia, hace que la audiencia se interese más y el porcentaje salte por los aires.
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